
Dak Prescott vive entre dos mundos. En uno, cuentos antes de dormir, risas de bebé y tiernos posts en Instagram. En el otro, los Dallas Cowboys jugando a la ruleta rusa con su futuro.
Prescott y su prometida, Sarah Jane Ramos, viven un momento dulce a nivel familiar. Su hija MJ Rose acaba de cumplir un año y ya esperan el nacimiento de su segundo hijo para mayo de 2025.
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Dak Prescott disfruta su paternidad, mientras Cowboys planea el futuro
La última publicación de Ramos en Instagram muestra la felicidad por su pequeña: «Nunca podré expresar con palabras lo especial que es nuestra niña y la alegría que nos ha traído». Una vida idílica llena de amor, pañales y felicidad.
Pero mientras Prescott se regodea en la paternidad, Jerry Jones y los Cowboys se afanan entre bambalinas tratando de reestructurar su contrato para evitar un desastroso impacto de 89.8 millones de dólares en el tope salarial de 2025. ¿El plan? Convertir 42 millones de su salario en bonus por firmar, es decir, patear el problema hacia adelante y esperar ver qué sucede.
Micah Parsons, otro problema para Jerry Jones
El problema es que la temporada 2024 de Prescott no fue precisamente estelar. Una lesión en los isquiotibiales, su peor tasa de touchdowns (3.8%) y una calificación de la empresa de análisis Pro Football Focus en el puesto 30 han alimentado las dudas sobre su valor a largo plazo.
Las cifras no engañan: sus 10.7 yardas por pase completo fueron la peor marca de su carrera y su porcentaje de sacks se disparó hasta el 6.84%. Incluso sus más fieles defensores se preguntan si los Cowboys están haciendo una apuesta desesperada por un quarterback cuyos mejores días pueden haber quedado ya atrás.
Mientras tanto, la tensión se está gestando en otra parte de Dallas. La estrella defensiva Micah Parsons quiere un nuevo contrato lucrativo, y los Cowboys ni siquiera han comenzado las negociaciones. Si Parsons se retira, la defensa podría estar en serios problemas. Es un castillo de naipes financiero, y Prescott está justo en el medio de él.
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El método de Jerry Jones en los Cowboys
La apuesta de Jerry Jones es la clásica de los Cowboys: audaz, arriesgada y potencialmente catastrófica. Extender el dolor financiero hasta 2026 y 2027 puede proporcionar un alivio a corto plazo, pero la historia no ha sido amable con los acuerdos con pagos diferidos; que se lo pregunten a Tony Romo o Dez Bryant.
De momento, Prescott disfruta de la paternidad, saborea los hitos y cuenta sus bendiciones, pero mientras la directiva de los Cowboys se apresura a limpiar su desaguisado financiero, la pregunta que se cierne sobre el equipo es: ¿saldrá bien la jugada o será Prescott otra historia de advertencia en la historia de pifias de alto riesgo de Dallas?