Hasta ahora, todos los grandes premios de Fórmula 1 de este año se han ganado desde la pole position y, en el más reciente, en Japón, el orden de carrera fue notablemente estático, ya que las características de los neumáticos desaconsejaban las divergencias estratégicas en una pista en la que es difícil adelantar.

Pero las tres primeras pruebas de la temporada se disputan en circuitos que tienen poco en común con otros del calendario. Bahréin tiene un trazado más convencional con más oportunidades de adelantamiento, mientras que la superficie abierta de la pista y el calor del desierto castigan más los neumáticos.

“Definitivamente creo que, a diferencia de las tres últimas carreras, este fin de semana no va a estar dominado por la clasificación”, dijo George Russell de Mercedes a F1 TV después de los entrenamientos.

“Va a estar dominada por el ritmo de carrera, por la degradación de los neumáticos. Así que, por supuesto que quieres tener una buena clasificación, pero la carrera es donde estará la acción”.

Bahréin es una de las mejores creaciones del arquitecto de circuitos Hermann Tilke. Aunque sigue presentando sus características curvas lentas, cambios de peralte complicados y grandes paradas al final de las largas rectas, hay otras características que lo han convertido en un buen escenario para las carreras.

Además de las zonas de frenada fuerte, hay curvas que exigen pisar a fondo el acelerador, además de secuencias que se combinan para incitar a los pilotos a tomarse libertades con los límites de la pista. Las curvas 9 y 10, una curva abierta a la izquierda seguida de otra más cerrada, exigen mucho equilibrio del coche y pueden dejar a los pilotos empantanados con subviraje o bloqueando el eje delantero cuando lo que se necesita es una entrada y salida ordenada para la recta que sigue.

Dino Beganovic, sustituto de Ferrari en la FP1, en la curva 10.

Foto de: Fadel Senna – AFP – Getty Images

Además, la superficie de la pista es la más “abierta” (es decir, áspera) de las que visita la F1: su árido, procedente de las fronteras de Shropshire, en el Reino Unido, tiene un alto contenido de granito para garantizar su durabilidad. Los propietarios del circuito sacaron buen partido de su dinero porque, aparte de varios parches para reparar daños, no ha sido necesario reasfaltarlo en 21 años.

No es de extrañar, por tanto, que se haya convertido en un campo de batalla en la era Pirelli, en la que los neumáticos se diseñan deliberadamente para degradarse, pero a veces esa sensibilidad tiene un coste. Hay que hacer complicados equilibrios en la puesta a punto, ya que los equipos pueden inclinarse deliberadamente más hacia un coche subvirador para proteger los sensibles neumáticos traseros, pero esto puede costar tiempo por vuelta en zonas donde Tilke ha tendido trampas para inducir deslizamientos del tren delantero.

Otro factor adverso este fin de semana es la temperatura: normal en Bahréin en esta época del año, pero muy diferente de las condiciones que recibieron a los equipos en los test de pretemporada a finales de febrero. A lo largo y ancho de la parrilla, la historia ha sido la de relegar los conocimientos de la prueba a la historia y empezar prácticamente de cero.

Incluso los pilotos de McLaren que lideraron las dos sesiones de entrenamientos no se mostraron nada optimistas: Lando Norris dijo que “todo parece horrible, pero el coche está en un lugar razonable”.

Oscar Piastri, que lideró la FP2 con casi cuatro décimas de ventaja sobre el más rápido de los no-McLaren, también se apresuró a gestionar las expectativas.

“Es bueno tenerlo [un margen] ahora”, dijo, “pero Bahrein es una pista en la que se puede adelantar y la alta deg aquí es un factor importante, por lo que la calificación sigue siendo importante, pero creo que tenemos que asegurarnos de que tenemos un buen coche de carreras también.”

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Fotos del GP de Bahrein – Entrenamientos