A continuación. Yuki Tsunoda fue convocado oficialmente al torneo de la ruleta rusa de Red Bull dirigido por Helmut Marko. Liam Lawson salió maltrecho, la alegría de ascender junto a Max Verstappen la vivió con los motores apagados, desde que salió a pista (en los entrenamientos de pretemporada en Bahréin) empezó a deslizarse hacia una pesadilla. Para prepararse tuvo un día y medio de pruebas en Sakhir y un total de tres sesiones de entrenamientos libres entre Melbourne y Shanghái. Entonces llegó el veredicto y para Lawson no fueron buenas noticias.

Alexander Albon (26 carreras junto a Max Verstappen y enviado a la puerta a finales de 2020) fue el piloto que mejor radiografió lo que es conducir un Red Bull: “Es como usar un ordenador con el ratón al máximo de sensibilidad”. Las imágenes a bordo son bastante explicativas. En el poco tiempo del que dispuso, Lawson luchó constantemente con las reacciones del RB21, cada intento de llevar velocidad a las curvas terminaba siempre en llamativas correcciones y en la incapacidad de llegar al vértice. Una pesadilla.

Liam Lawson, Red Bull Racing

Foto de: Red Bull Content Pool

La cuestión es que Verstappen lleva años conduciendo los monoplazas fabricados en Milton Keynes, y además muy rápido. Y sin embargo, a mediados de este año Max también dio la voz de alarma, porque desde que Red Bull tuvo que responder al crecimiento de McLaren, el coche ha dado un paso más hacia el extremo, haciendo aún más problemática la conducción. Para Marko la solución es sencilla, basta con encontrar otro Verstappen, pero la realidad de la situación dice que en Red Bull buscan un piloto que no está. Y mientras Marko espera un milagro, el vivero sigue preparando jóvenes pilotos para una misión con pocas posibilidades de éxito.

El equipo está en un túnel, con dos escenarios en el horizonte: el descubrimiento de un Verstappen-bis o un drástico cambio de rumbo que vuelva a situar la motricidad entre los parámetros básicos de un proyecto. Hasta que una de las dos soluciones tome forma, Red Bull seguirá compitiendo con un monoplaza o, en el mejor de los casos, con uno y medio. De momento parece imponerse la visión de Marko, y así será hasta que Verstappen se ponga las pilas. Una posibilidad más probable a día de hoy, porque una cosa es apretar los dientes pero al menos tener un monoplaza ganador, y otra muy distinta luchar por objetivos menos gratificantes.

Yuki Tsunoda, equipo RB F1

Foto de: Red Bull Content Pool

El próximo fin de semana, en la carrera de casa, será el momento de Tsunoda. En el caso de Yuki hay menos en juego. Mientras que Lawson fue sacrificado a sabiendas de que se ponía en liza a un piloto que nunca había disputado una temporada completa en la Fórmula 1 (Liam nunca había corrido en Melbourne y Shanghai), Tsunoda podrá contar con la experiencia adquirida a lo largo de cuatro temporadas en Racing Bulls. Yuki también es consciente de que está cerca de una encrucijada que decidirá el futuro de su carrera, ya que al final de la temporada la relación entre Honda (su primer patrocinador) y Red Bull llegará a su fin. Tsunoda tiene poco que perder, si el feeling con RB21 resulta positivo sería un auténtico bingo, viceversa volverá a la casilla de salida.

El escenario para Lawson, en cambio, es diferente. El regreso a los Racing Bulls (guión ya visto) es la antesala del adiós definitivo, nadie ha tenido nunca una segunda oportunidad de ponerse al volante de un Red Bull. Y sin esta perspectiva, el descenso a Racing Bulls se convierte en una especie de paro a la espera de oportunidades alternativas. Es una pena ver el drástico cambio de perspectiva de un joven valioso como Liam en el espacio de tres meses, pero es lo que hay. Red Bull es, por supuesto, libre de moverse como considere oportuno, después de todo, ninguno de los pilotos junior está atado a la Academia con una pistola apuntando a su cabeza.

Oscar Piastri, McLaren, Andrea Stella, McLaren, Zak Brown, McLaren

Foto de: Sam Bagnall / Motorsport Images

Sin embargo, hay que hacer una reflexión, porque el método de Red Bull no es el único que funciona en la Fórmula 1. El domingo por la noche, tras la victoria de Piastri en Shanghai, el director del equipo McLaren, Andrea Stella, relató todo el trabajo que había realizado con Oscar para solucionar los problemas que habían surgido en las dos temporadas anteriores a raíz del enfrentamiento directo con Norris. Meses de actividad, muchos Grandes Premios revisados en conjunto para detectar los problemas críticos y las decisiones equivocadas.

Fue en Shanghai, en 2024, donde Norris terminó segundo, mientras que Piastri no pasó del octavo puesto, perdiendo más de cuarenta segundos respecto a su compañero de equipo. Recuerdo que me rasqué un poco la cabeza y le dije a Oscar que había mucho que aprender de aquella carrera”, recuerda Andrea Stella, “y ahora puedo decir que todo el trabajo que hicimos juntos lo aprovechamos de la mejor manera posible. Éste es también un método que puede funcionar en la Fórmula 1 moderna.