Antes de salir de su primer retiro para regresar a la Fórmula 1 al inicio de la temporada 2010 con Mercedes, Michael Schumacher realizó pruebas al volante de un monoplaza de GP2. El objetivo era sortear las restricciones a los test privados, ya vigentes en aquella época, y volver a la rutina… y al ritmo.

Así pues, el siete veces campeón del mundo pasó tres días de pruebas en el circuito de Jerez, del 12 al 14 de enero de 2010. El objetivo era doble, ya que por aquel entonces la GP2 también estaba desarrollando su monoplaza de tercera generación, el que se utilizaría hasta el final de la temporada 2013: el GP2/11.

El argumento para colocar a Michael Schumacher en el asiento del piloto era, por tanto, obvio, al tiempo que permitía al equipo beneficiarse del feedback técnico de un gran campeón antes de que el coche debutara en competición.

El regreso del alemán a la Fórmula 1 se hizo oficial a finales de diciembre de 2009, cuando Mercedes reapareció con un equipo de fábrica en la máxima categoría tras décadas siendo solamente fabricante de motores. La firma de la estrella había comprado Brawn GP, el equipo con sede en Brackley que acababa de lograr la hazaña de ganarlo todo con Ross Brawn al timón y Jenson Button al volante.

Tras estas pruebas, el regreso de Michael Schumacher a la Fórmula 1 se materializó y duró tres temporadas: 2010, 2011 y 2012, todas al volante de una Flecha de Plata. Sin embargo, sólo consiguió un podio en su último año en la F1, antes de retirarse definitivamente de la categoría reina.

Las fotos de la prueba de Michael Schumacher con un monoplaza de GP2: