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Tras dirigir su primer derbi asturiano como local, Javier Calleja, entrenador del Real Oviedo, destacó la emoción por el multitudinario apoyo de los aficionados y describió la manera en que directiva de Grupo Pachuca, accionista mayoritario desde el verano del 2022 (51%), busca el ascenso a Primera División.

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Llevo años en el futbol y nunca he vivido una cosa como la de hoy, el recibimiento que hemos tenido y el campo por como estaba es algo único, algo que sólo se ve aquí (en Oviedo, Principado de Asturias).

Lo que ha vivido el Oviedo por muchos años ese sentimiento, saben lo que significa un Oviedo vs Sporting para Asturias y el mundo. Eso, Martín Peláez (presidente del club) y Jesús Martínez (presidente Grupo Pachuca) nos lo han transmitido y hecho ver, son muy pasionales, conviven, transmiten, contagian, son ambiciosos y trabajar con ellos es motivo de lujo”, respondió Calleja a Excélsior tras el empate 1-1, en juego correspondiente a la fecha 22 de la Segunda División del futbol español.

Fueron cerca de 30 mil espectadores los que apoyaron desde las gradas del Estadio Carlos Tartiere y miles afuera durante el paso del autobús del Oviedo.

Nunca había visto un ambiente como éste ni dirigiendo en primera, segunda o en competición europea, nunca sentí esto, es motivo único y si algo hay de primera aquí es la afición”.

Sin embargo, Calleja quedó incómodo con el accionar del arbitraje, por la suspensión de casi cinco minutos del partido, a los 39’, debido a que los aficionados constantemente arrojaban objetos a la cancha y las indicaciones del sonido local no eran atendidas por los seguidores.

En consecuencia, se activó el protocolo y elementos de ambas instituciones regresaron al túnel, una medida que a Calleja no le gustó.

Decisión del árbitro, en su momento frena un poco el ambiente que había, queriendo ser conservador, decide pararlo. Pero creo que era mejor hablarlo que tentar esa experiencia de frenar el juego, porque no estaba pasando nada grave, después influye en el ritmo, en la concentración”.

Con la igualada a un gol, el Real Oviedo marcha sexto de la tabla, con 35 puntos, 13 de diferencia con el líder Almería, mientras que el Sporting Gijón es noveno, con 31.

Partido bien jugado, ambos con intensidad y mucho corazón, se ha dado todo y hay buen futbol. Hemos hecho méritos suficientes nosotros para haber merecido más. No me voy contento con el empate”.

El próximo duelo del Oviedo será contra el FC Cartagena, el 17 de enero. Al día siguiente, Sporting Gijón hará lo propio contra el Elche.

EMOCIONES AL LÍMITE

No hubo consuelo que valiera para el Real Oviedo. El punto sumado en el Derbi Asturiano sólo provocó rabia entre los azules. Se sabían superiores al Sporting de Gijón (1-1), pero un descuido los hizo marcharse del Estadio Carlos Tartiere con una explosión de emociones.

Había optimismo de vengar la derrota de la ida en la presente temporada. El boletaje agotado, la recuperación de Santi Cazorla y la cercanía a los principales puestos de la clasificación de la Segunda División de la Liga de España envalentonaron tanto a jugadores y aficionados del Real Oviedo.

Estaban soñados desde la previa. Se notaba con la multitud que tapizó de azul las calles cercanas al inmueble. Ríos de euforia aguardaron también al arribo del autobús del Oviedo, que por momentos perdió visibilidad por el recibimiento de sus aficionados entre bengalas y bombas de humo.

Los tiempos de abundancia del Oviedo bajo la administración de Grupo Pachuca, provocan eso, una fiesta y una sed por demostrar que es superior al acérrimo.

Ni la directiva oviedista se libró de esa sed. El presidente Martín Peláez se lucía nervioso, pero también entusiasta al ver a sus jugadores desde el calentamiento. Mientras que los más de 28 mil espectadores alimentaron su odio sobre el Gijón tras el despliegue de un tifo y una serie de melodías entonadas por un ejército de gaitas como si se trataran de gritos de batalla.

Sin embargo, ese ímpetu se desbordó por momentos y provocó que el partido se suspendiera por poco más de cinco minutos. La constante de fanáticos arrojando objetos a la cancha obligó que el silbante detuviera el espectáculo y que ambos equipos se resguardaran en el túnel.

El punto máximo del Oviedo llegó tres minutos de iniciado el segundo tiempo. Un gol del egipcio Haissen Hassan, que tenía apenas un par de minutos sobre la cancha, apagó la tensión de los locales, aunque después el fuego de la ira fue reavivado por los árbitros.

Reiteradas faltas del Sporting que no se marcaron y un gol de César Gelabert (79’) que a primera vista de la jugada dio la impresión de ser precedida por una falta, arruinaron la noche para el estratega Javier Calleja.

BFG

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